miércoles, 24 de julio de 2019

en un 25 de mayo

En un 25 de mayo pasaron muchas cosas. En un 25 de Mayo de 2019 murió mi padre. Yo ya en 2013 escribía sobre como él se estaba dejando morir, y efectivamente, ha sido cuestión de tiempo. De seis largos años. Tras su muerte, todas las emociones son confusas. Fue mi maltratador físico, mi maltratador psíquico, mi padre, la persona que me enseñó más sobre religiones que ninguna otra persona del mundo. La que me enseñó a respetar a los demás mientras él no lo respetaba. No era el mejor ni el peor de los seres humanos, y nos trato tal y como pudo hacerlo, tal y como él entendía que podía hacerlo.

Le recuerdo, como si fuera ayer, cogiendo por los tobillos a mi hermano pequeño. Le sostenía por encima de la barandilla, en el hueco de la escalera de un tercer piso hacia el interior. Y le sacudía mientras gritaba quieres que te suelte como al cochecito? En ese momento yo tenía unos 9 años y mi hermano unos 8. Aunque no es el único recuerdo que tengo de él. Creo que esta es la entrada más difícil de escribir del mundo, pero la más necesaria. Le incineramos el pasado día 28 de mayo, bueno lo que ahora llaman cremación. Y por si pusimos una serie de canciones de las que más le gustaban, y en aquel momento al despedirnos, fui la única capaz de decir unas palabras allí ante los presentes, aunque éramos bastante pocos.

Hay muchas cosas, demasiadas, que jamás podré recoger aquí al respecto de cómo era él.  Ahora mismo, solo me queda escuchar Johnny Cash y rafael.  Y llorarle mucho.  Y seguir adelante.

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