lunes, 22 de julio de 2019

En capítulos anteriores (originalmente publicada el 22/07/2019)

Lo último que escribí al respecto de mi tensión ocular, fue la crisis sufrida el día 13 de diciembre de 2018 y que la medicación que me estaban dando estaba funcionando. Como recordaréis, la tensión ocular de un ojo en su máxima es de 22, y cualquier cosa que suba de eso es daño en el nervio óptico. Pues bien, me han retirado la medicación a principios del mes de enero porque parecía que todo iba bien. Y además, esa medicación podía dañar el riñón. Empecé de nuevo a llano ver amarillo y a dejar de ver borroso, con lo poco que yo veía. Pero nuevamente, el día 30 de enero de este año, sufrir un nuevo pico de tensión ocular, que esta vez se mantuvo en 32 durante dos semanas sin bajar a pesar de la medicación. Para abril ya estaba en 40, y la única opción era operar de urgencia. Me pusieron una válvula en el ojo derecho, que se llama express. Dicha válvula solo regula la tensión ocular, dejándola tan baja como lo fuera posible. Tras dos meses de postoperatorio con Ana se ha quedado en 8 de tensión. No sé si recordaréis que os explique esta operación y que siempre causaba pérdida de visión. Por eso actualmente no veo nada más que bultos. He perdido los colores. No creen que pueda llegar a recuperarlos, y mi oftalmólogo dice que mi glaucoma juvenil atípico es un caso entre 4000000 así que no hay nada escrito.

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